Permítanos aclararlo.
Las patentes y los modelos de utilidad no son lo mismo, aunque probablemente haya oído alguna vez que los modelos de utilidad son simplemente „pequeñas patentes“.
Las patentes y los modelos de utilidad protegen las invenciones técnicas que son nuevas, basadas en una actividad inventiva y comercialmente aplicables. Confieren a su titular el privilegio, limitado en el tiempo y en el espacio, de disponer únicamente de la invención. Estos derechos de propiedad técnica desempeñan un papel importante en las decisiones empresariales, ya que permiten obtener beneficios económicos de la invención, por ejemplo, mediante la concesión de licencias.
Sin embargo, existen diferencias entre ambos:
Mientras que una patente está sujeta a un examen detallado por parte de los examinadores de patentes para comprobar la novedad, la actividad inventiva (y también la aplicación industrial, que en la mayoría de los casos, sin embargo, sólo desempeña un papel subordinado), un modelo de utilidad es un derecho de registro puro en el que sólo se examinan los requisitos formales, por ejemplo, si se trata de una invención técnica. De este modo, se puede obtener rápidamente un derecho de propiedad intelectual completo y ejecutable presentando una solicitud de modelo de utilidad. Sin embargo, dado que no se realiza un examen detallado de la novedad y la actividad inventiva, a menudo se cuestiona si un modelo de utilidad registrado cumple realmente los requisitos pertinentes, ya que sólo en caso de litigio se determina si el modelo de utilidad es realmente válido desde el punto de vista jurídico.
¡ATENCIÓN! El estado de la técnica existente debe investigarse urgentemente antes de presentar la solicitud para evitar costes elevados más adelante, como los honorarios de los abogados y las costas judiciales o, en el peor de los casos, reclamaciones por daños y perjuicios.
Otras diferencias entre la patente y el modelo de utilidad son el plazo máximo (la patente 20 años, el modelo de utilidad 10 años, en cada caso desde la fecha de presentación) y el hecho de que no se pueden proteger procesos con un modelo de utilidad.
Además, a diferencia de la patente, la protección del modelo de utilidad no está disponible en todos los países, y no existe una solicitud de modelo de utilidad europea o internacional.
Tanto las patentes como los modelos de utilidad tienen en común el llamado principio de territorialidad, es decir, que estos derechos de propiedad intelectual sólo son válidos en el país para el que fueron concedidos.